Procedimientos de desarrollo software o las leyes no crean buenas personas

Es habitual pensar que un buen procedimiento de trabajo conseguirá por sí solo buenos productos y que tendrá una realización eficiente. Personalmente pienso que esto no es así.

En la vida cotidiana vemos leyes y normas para los ciudadanos más centradas en «convertir» hábitos no adecuados en buenas prácticas. Pienso que incluso estas normas olvidan por completo que deben ayudar prioritáriamente a los que desean actuar de la forma correcta.

Veo muchos ejemplos en todos los ámbitos donde se presupone que la actuación por defecto será obrar de mala fe:

  • Legislación en general (o al menos me lo pareció al leerla)
  • Normas de comportamiento social orientadas a la prohibición o restricción: «Prohibido tirar desperdicios»
  • Señalización vial: ¿Qué tipo de señalización es más numerosa? Creo que las de prohibición
  • La interpretación de un político sobre las palabras y hechos de personas no afines a su ideología

Pero ¿que tiene que ver todo esto con un Procedimiento de Desarrollo Software?

A raíz de la realización de un proyecto de estudio de las metodologías que realicé hace años y de conocer de primera mano muchos procedimientos de trabajo, estoy convencido que creamos procedimientos más centrados en lo que no debe hacerse y con una alta creencia de que las personas procederemos de forma no adecuada.

Esto produce procedimientos:

  • Extensos
  • Complejos
  • Poco amigables
  • Laboriosos de comprender
  • Escásamente motivadores
  • Habitualmente ignorados

Los procedimientos deben:

  • asumir que somos profesionales
  • asumir que sabemos hacernuestro trabajo
  • dar objetivos a las actividades de los implicados
  • ofrecer coordinación y orientación

Un procedimiento enfocado a la excepción, la prohibición, la penalización desenfoca a los que lo utilizan, ya que están más preocupados de las consecuencias del incumplimiento que de los resultados.

Volviendo al ámbito de la convivencia ciudadana, vemos a diario leyes dirigidas para convertirnos en buenas personas y donde el tratamiento de las excepciones trata de evitar la picaresca. También lo vemos en circulación de vehículos donde existen limitaciones de velocidad imposibles de respetar así como una sobrecarga en la señalización que hace que estés más pendientes de asimilar el contenido de las señales que de la seguridad en la conducción. ¿Y las bandas y elevaciones en la calzada para obligar a pasar despacio?

Me parecen que son mecanismos que castigan a todos por la insensatez de unos pocos.

Los buenos hábitos se consiguen con mensajes educadores y una adecuada información y formación. Esto debe ser una inversión a muy largo plazo ya que implica cambiar culturas con un fuerte arraigo en algunos casos.

Algunos ejemplos de procedimientos que considero están bien enfocados son:

Pero ¿cómo podemos reconducir los málos hábitos o las malas personas?. Pues con elementos de medición, de seguimiento, con una cultura de equipo y con responsables que tiendan una mano para reconducir dichos hábitos pero que sea absolutamente intolerantes la una actitud negativa a mejorar.

Es decir, con personas.

No dejes en manos de un documento, la profesionalidad y el correcto desempeño que deben tener las personas.

Un procedimiento debe:

  • Centrarse en «qué» debe conseguirse en lugar de describir detalladamente «cómo» se consigue
  • unos objetivos de desempeño claros y alineados con la aportación de valor al negocio
  • centrarse en lo que debe ser conseguido por encima de cómo debe ser conseguido
  • mecanismos de medición y supervisión sencillos y potentes
  • debe disponer de mecanismos simples de escalado y tratamiento de excepciones, problemas y riesgos

Derivado de una interpretación muy personal de «Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas» del manifiesto ágil